Etapa 7 (S. Juan de Ortega-Hornillos del Camino, por Burgos) - «Be water my friend»

Hoy, a pesar de no haber podido correr, salvo un tramo de unos 2 km, estoy mejor que ayer; aunque ahora también me duele la pierna derecha por el lateral de la espinilla: me recuerda cuando tuve la periostitis y corrí mi primera maratón hace años; pero es una tendinitis, se palpa el tendón y se ve también la inflamación; pero salvo el reposo, por lo demás lo estoy cuidando.

Aunque nos levantamos pronto, hasta las 7 h (o 7:30 h si hay desayuno) no me pongo en marcha. Hoy hacía fresco por los Montes de Oca:

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y neblina a primera hora, que luego se ha disipado. Agés era el primer pueblo, donde está un puente, al parecer el único que se conserva de los construidos por Sto. Domingo. Después se llega a una Cruz de madera donde hay que echar una piedra al montón que ya existe (echo la piedra pero me rebota y la tengo que volver a lanzar).

Más tarde llego a Atapuerca, donde he coincidido con algún lugareño autóctono:

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Después se llega a un cruce donde algún espabilado ha puesto múltiples flechas amarillas para que los peregrinos se desvíen hacia el pueblo de Villalval. Tras consultar el GPS, sigo por el Camino. A 2 km aproximadamente de Cardeñuela del Río Pico me encuentro un grupo de corredores entrenando, unas 15 personas aunque solo una chica, que eran del pueblo y estaban rodando alrededor del mismo. Ha sido todo un placer coincidir esos pocos kilómetros corriendo. No obstante voy con prudencia: además de los antiinflamatorios y el vendaje funcional que me he hecho, ha sido el único tramo de hoy que he corrido, aunque al parar me dolía una barbaridad. Tendré que ir con más tranquilidad en la recuperación. Pero estoy más optimista a pesar de que me ha empezado a doler la pierna derecha por el mismo sitio, seguramente la he sobrecargado para proteger la otra.

Después, ya bordeando el aeródromo de Burgos y el parque a lo largo del río Arlanzón, se llega a Burgos. He sellado la credencial en la Catedral

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y me he parado a tomar una ración de morcilla, muy buena para la anemia y para el paladar. Tanto la llegada como la salida de Burgos es larga, aunque como vas por parque a lo largo del rio, al menos se va fresco. El resto de la etapa sigue por pistas y caminos asfaltados, solo temo algunos tramos de cantos rodados incómodos de transitar tal como tengo la pierna.

Luego paso por Tardajos ya con el sol en el cénit, y tras cruzar el río Urbel se llega a Rabé de las Calzadas y más allá la fuente de Praotorre, como un oasis en mitad del camino, por lo que refrescarse allí es casi imperativo. Finalmente tras una subida y luego una bajada pronunciada, la cuesta "matamulas" se cruza el río Hormazuela para llegar a Hornillos:

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Reflexión: Muchas veces, mantener unas rutinas ayuda a guardar fuerzas, son automatismos que el cerebro pone en marcha casi de forma inconsciente para no gastar energías en pensar y decidir, y además la respuesta es más rápida. Así, desayunar al salir del albergue o en el primer pueblo donde haya un bar abierto; picar algo a media mañana (según la zona: chistorra, tortilla de patatas…); y luego, después de llegar al albergue y hacer el "check-in", de estirar un poco, de pasar por la ducha y de hacer la colada (algunas veces a máquina), me voy a comer algún plato combinado o incluso menú si es apetecible. Luego, ya tiempo libre para atender llamadas, escribir la crónica y preparar la siguiente etapa, antes de las 20:30 h que es cuando habitualmente ceno el menú del peregrino por unos 10-12 € (en contra de lo recomendable, ceno fuerte para estar en condiciones para el día siguiente).

El truco del veterano: Cuando aprieta el calor, además de hidratarse puede ser interesante usar el buff mojado para mantener la cabeza más fría, o usarlo también en la muñeca, empapado, para el mismo fin.

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