¡Ganbare! El último de los 6 World Marathon Majors. 

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Lo poco que se les oye gritar por la calle  a los japoneses para dar ánimos a los corredores es “ganbare”. La última experiencia en lo deportivo de estos 6 WMM me ha reportado casi tantas medallas que las otras 5 juntas, puesto que además de recibir la de la edición de 2023 como correspondía, nos han dado la del 2020, además de la medalla de finalización de los 6 WMM y una extra por haber conseguido el  record Guiness de número de finalistas que concluyen en una misma carrera los mayors. Lo primero que debo decir es que la Expo del corredor ha sido la peor de todas. Esta ha sido una edición aún condicionada por la Covid, hemos tenido que llevar un registro de temperatura desde 10 días antes, y hacernos dos tests de antígenos en las últimas 48 h antes de la carrera, así que la idea de controlar los registros de temperatura en el autocar antes de bajar a la Expo podría haber sido suficiente, pero la cola de más de 30 min para recoger el dorsal y las más de 3 horas para poder entrar en la tienda del patrocinador principal (no voy a decir el nombre para no hacerles publicidad porque no se lo merecen) han contribuido a desmitificar la organización nipona. Son rígidos, ante cualquier eventualidad no tienen capacidad de improvisación y se convierte en negativa a cualquier cambio y se ven sobrepasados. No son estas las únicas colas que hemos tenido que hacer, para desayunar, para pagar en las tiendas…¡hasta para subir a los vagones del metro hay que hacer cola! 

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                                                                            (Foto con Germán Silva (*))

Tampoco la carrera se ha librado del control por la Covid, había que llevar el móvil para enseñar el registro de salud y poder acceder a los cajones de salida, y llevar mascarilla en las áreas de salida y llegada. Tampoco se podía dejar ropa en la salida, así que menos mal que el hotel estaba al lado y aunque hacía una temperatura de 8º C no hubo que esperar mucho. La salida tenía un giro a la izquierda los 500 m y luego a otros 500 m un giro a la derecha que por dar cabida a más de 35000 participantes enlenteció la carrera. Hasta el kilómetro 3 o 4 no se podía coger el ritmo aunque una vez alcanzado el que cada cual se hubiera marcado no era difícil seguirlo porque el recorrido es llano, apenas esas ligeras pendientes al pasar un puente o debajo de las vías del tren, pero se había varios giros de 180º y con ello esa sensación de no saber si los que llevan el sentido contrario son los que van por delante o los que vienen detrás. Durante el recorrido los avituallamientos eran numerosos, cada 2,5 km agua y cada 5 km bebida  isotónica, además de algunos puntos con geles en los últimos kilómetros. Sin embargo según la última cifra del dorsal la mesa de recogida del avituallamiento era distinta, como mi número era el 38060 me tocaba la última mesa, no obstante creo que nadie respetaba esta norma porque de forma habitual había menos vasos preparados en la mesa de los dorsal acabados en 1 y 2 y aumentaba en los sucesivos de modo que en la última mesa se habían recogido pocos vasos. Tampoco son tan limpios, porque aunque había cajas para dejar los vasos después de cada mesa había muchos vasos en el suelo. Otro condicionante, que afortunadamente no me afecto era que los servicios estaban en algunos casos hasta a mas de 1 km del recorrido y muchos a cientos de metros por lo que en caso de necesidad hubiera perdido mucho tiempo. Finalmente la meta estaba frente al Palacio Imperial pero era una calle relativamente estrecha y con un único arco de meta (no daba para más). Con la alegría de haber cumplido los objetivos: finalizar los 6 WMM, además de bajar del objetivo de esta carrera que era para mi de 3h 15m (hice 3:14:14) h por tanto tener los 6 WMM sub 3:15, el camino para recoger la bolsa de avituallamiento se hizo ligero, también lo era el contenido: una mandarina, una botella de agua y otra de bebida isotónica y un gel. Recogí la medalla de la maratón 2023, a modo autoservicio de una mesa y más adelante, en una carpa, me pusieron la medalla, tan ansiada después de 3 años, que te acredita como finalista de los 6 WMM, un reto que para mí empezó en Berlín en 2013.

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Os ánimo a que también vosotros viváis, como yo, este apasionante reto y que disfrutéis de ser maratonian@s. Nos vemos en el asfalto (también en la pista o en tierra).

(*Germán Silva: dos veces ganador del maratón de Nueva York y representante de México en las maratones olímpicas de Barcelona y Atlanta.)