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El domingo 11 de Marzo, en Candeleda, nuestros compañeros  Carlos Manuel Chacón RifónManuel Griñán CaravacaAlfonso Antonio Gómez Ruiz, Emilio Jesús Ramos Torres y Francisco Ortega García se proclamaron Campeones de España de Campo a Través en categoría M45.  

RESULTADOS 
¡Un gran ejemplo para todos!
A continuación se incluye la crónica de dicho campeonato escrita por Manuel Griñán

VA POR TI, PACO

Estamos tan acostumbrados a la actividad física que no nos damos cuenta del paso del tiempo. Devoramos kilómetros con total naturalidad sin pararnos a pensar que la mayoría de gente de nuestra edad probablemente tendría que ser ingresada de urgencias si probaran a seguirnos simplemente unos minutos durante nuestro entrenamiento diario. Tendemos a pensar que lo que hacemos es absolutamente normal. A fin de cuentas, el ser humano no dejó el nomadismo hasta decenas de miles de años de su existencia. Solo cuando alguien nos pregunta inocentemente por nuestras rutinas es cuando la expresión facial de nuestro interlocutor nos revela que las cabras están más cuerdas que nosotros. Y no hay duda de que la mayor cabaña caprina de nuestro país se encuentra en el distrito madrileño de San Blas. Solo así se concibe semejante concentración de atletas de más de 40 años en un mismo club. Atletas que, en nuestra mayoría, corremos más a las puertas del medio siglo que cuando aún no alcanzábamos la treintena. Y eso es lo que da mayor valor a nuestro segundo título de Campeones de España de Cross M45. Que ninguno de nosotros fue nunca un campeón y que resulta milagroso que seamos capaces de competir de tú a tú con atletas que en su día sí lo fueron.

Esta mañana, tras cruzar la meta en sexta posición, le decía a mi compañero Carlos Chacón, quinto clasificado, que para que nosotros pillemos chapa individual en una competición de este tipo ha de ser necesariamente porque los atletas de mayor calidad van cayendo con el paso de los años. Somos atletas de 32 minutos que nos enfrentamos a otros que en su día hicieron 27 ó 28. Y, sin embargo, a base de estar siempre ahí, de no fallar nunca, de entrenar con una voluntad inquebrantable, somos capaces de pelear con quienes se nos pongan por delante, conscientes de que lo normal es que siempre haya alguno que nos gane en las clasificaciones individuales, pero orgullosos de salir como favoritos en las competiciones por equipos.

Llevo ya muchos años corriendo y he podido ver lo frágil que es la condición física del atleta. Hoy te sientes indestructible y mañana no puedes salir a correr por el parque a seis minutos el kilómetro. Y eso es lo que más me hace valorar cada carrera que disputo, con independencia del resultado. Sé que todas y cada una de las medallas que tengo en casa son producto de la ausencia de atletas mejores que yo que, por unas u otras causas, no han podido competir o no han podido hacerlo al nivel que realmente tienen. Y no es que con este pensamiento me esté infravalorando, todo lo contrario, siento aún mayor orgullo por ello. Ganar siendo el mejor es lo normal. Hacerlo cuando no lo eres implica mucho más: constancia, entrenamiento, voluntad y, por supuesto, suerte, no lo niego.

Resulta tan difícil mantenerse en la brecha año tras año que aprendes a valorar cada carrera. Te sientes privilegiado por acudir a un Campeonato de España Máster y estar entre los favoritos. Por tener salud para poder pelear por hacerlo lo mejor que puedes. Y más cuando ves que a un amigo le ocurre lo que le ha sucedido hoy a nuestro compañero Paco Ortega. A apenas 20 kilómetros de llegar a Candeleda, donde se disputaba el cross, el coche de Paco decidió que no seguía y allí le dejó tirado. Fuimos en otro coche a recoger a los otros dos atletas que venían con él, pero Paco tenía que esperar a la grúa y ésta no llegó con el tiempo suficiente como para que pudiera estar en línea de salida. Malo es cuando las cosas se tuercen por falta de forma o de salud, pero resulta irritante que una puñetera avería mecánica te prive de correr un Campeonato de España al que llegas tras haber rozado la barrera de los 33 minutos en Parla. Por ese motivo, el triunfo de hoy, el segundo consecutivo del Club Suanzes de San Blas, va dedicado a Paco Ortega, legítimo campeón cuya desdichada ausencia nos complicó las cosas más de la cuenta. Con su participación todo habría sido más fácil y, sin duda, más feliz. Va por ti, Paco. Eso sí, te libraste de correr un cross que más parecía una Spartan Race.