Crónica y fotos del quinto día de campamento (domingo 26 de junio) que nos envía Isidro:
« Despertares y orientación »
« Para combatir el estado de resaca en que nos dejaron los padres, tras esa embriaguez de cariño que nos trajeron desde Madrid, no nos quedaba más que una solución: atacar las morriñas de manera radical, durmiendo todos juntos en la sala multiusos. Veinte colchones para treinta personas, así que imaginaos la noche (y los despertares) del quinto día.
» Por la mañana, y como siempre después del desayuno, atletismo. Silvia y Carlos nos tenían preparada una sorpresa: lanzamiento de martillo para los más mayores, y de disco para todos; y un circuito de jugando al atletismo para pequeños y medianos. Todo con sus correspondientes explicaciones y calentamiento previos.
» Y después del atletismo, gimkana acuática, fresca y divertida, en una pista americana con manguera y aspersor de por medio, que no pudo ser más competitiva. Tánto, que nadie quería perder, y menos aún los monitores: ¡si unos y otros casi llegamos a las manos! (je, je).
» Ducha, comida y siesta activa: con taller de pulseras, futbolín y ping-pong (hoy no había llamadas, ¡que descanso!). La tarde se presentaba interesante, y una de las actividades más esperadas era la carrera de orientación por equipos. Después de que Manu nos enseñara a interpretar un mapa, a usar una brújula, a diferenciar entre plano y mapa, a leer las rayas y los signos, etcétera, se formaron los 6 equipos, de 4 componentes cada uno, con sus respectivos capitanes.
» Los equipos, provistos de su mapa, tenían que encontrar en 75 minutos las 9 balizas, escondidas (cada una con su puntuación correspondiente) por los alrededores del campamento en un radio que superaba los dos kilometros desde el punto de partida: caminos, campos de cerezos, inmediaciones del río, en el propio campamento... Los equipos lo hicieron genial, y alguno de ellos llegó a conseguir 145 puntos tras localizar 6 de las 9 balizas.
» Y al final, como siempre, ducha, cena y velada nocturna. Terrorífica esta vez: ángeles, duendes y demonio. También en grupos de 4, debían sortear al demonio, un poco travieso él (no sé por qué, me tocó a mí); encontrar a los ángeles, que les daban vidas; y a los duendes (Carlos y Silvia): aunque dependía de como les pillaras, creo que éstos eran más bien traviesos. Recuento de vidas y a dormir, que mañana nos espera un día intenso y duro: haremos la marcha nocturna (casi 7 kilómetros por la montaña), que terminará en el Roble de la Solana, un roble singular de Extremadura, en donde haremos vivac y dormiremos al raso... ¡Pero eso es otra historia! »
Isidro Rodríguez
Álbum de fotos del 5º día:
Vídeo-resumen del 5º día:
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