Re-Corriendo el Camino

Esta mañana se me ha "pegado el saco de dormir", nadie ha hecho ruido al levantarse o mis tapones de cera funcionan en exceso; pero cuando me he dado cuenta no quedaban más que dos personas durmiendo en la habitación (no debían tener ninguna prisa) y nadie ya desayunando en el albergue. He salido cerca de las 7:45 h, ya bien amanecido. Recuerdo que cuando estuve en la Cruz de Ferro la primera vez, íbamos con frontales, hoy casi se necesitaban las gafas de sol (foto 1).

He pasado un grupo italiano que llevaban una silla de dos ruedas tipo hamaca con un joven con parálisis cerebral. La bajada iba fenomenal hasta el refugio de Manjarín (foto 2), donde estaban congregad@s l@s jóvenes y profesores de un instituto gaditano que acababan de empezar el Camino desde Foncebadón. Los hubiera evitado saliendo como siempre 30 minutos antes. El pobre Tomás Martínez no daba abasto a sellar credenciales, cada chic@ que estaba en la cola llevaba el taco de credenciales de los de su grupo (109 me han dicho que eran). He esperado mi turno sin colarme.

Por fin, cuando he salido, he tenido que bajar corriendo pidiendo paso todo el rato hasta poder adelantar a todo el instituto. Por cierto, tuve un despiste, me fui por otro camino, pero afortunadamente como el Camino parecía la Gran Vía, enseguida vi por dónde iban y pude regresar a la senda correcta. A trote pasé El Acebo y Riego de Ambrós (foto 3) por senderos de montaña (verdaderas trialeras de pizarra),

hasta enlazar con la carretera LE-142 cerca de Molinaseca (foto 4), a la que se accede por un puente medieval sobre el río Meruelo (a la derecha se queda el Santuario de la Virgen de las Angustias).

Luego se sigue por la acera derecha hasta Campo, en cuesta arriba, así que por ahí voy caminando. Después se pasa por un recinto de modelismo (pistas para aviones y coches de modelismo). Tengo otra vez dudas sobre el camino a seguir para Ponferrada, por lo que debo consultar G Maps (por cierto, el localizador de la aplicación del IGN, fatal). Enseguida se llega tras cruzar el rio Sil y pasar bajo las vías del tren al Castillo Templario de Ponferrada (foto 5).

Se bordea a la derecha y paso por la oficina de turismo a sellar la credencial. Me hablan en francés y me quedo perplejo. Como mi credencial es la francesa, debió ser por eso... otra explicación no tiene. Se pasa por la Basílica de la Virgen de la Encina (es obligatorio rezarle), luego por el Arco del Reloj (foto 6).

Al salir se cruza de nuevo el río Sil y se bordea por un parque muy agradable de correr hasta la cuesta de los Romeros. Después se sigue por Compostilla, urbanización tranquila y agradable también de correr bajo la sombra de los árboles. Luego ya se coge una pista asfaltada, el calor aumenta y ya voy andando: así paso Columbrianos (había una ermita de S. Blas, pero no le hice foto porque estaba un poco fea), Fuentesnuevas, Camponaraya (larguísimo pueblo con un riachuelo en medio) y luego Cacabelos (foto 7: lagar de vino).

Es un pueblo agradable y pensaba quedarme allí (km 43,9). El albergue está junto a los muros de la iglesia de Sta. María rodeando el Santuario de la Virgen de la Quinta Angustia y junto a una playa fluvial del Sil del río Cúa, pero decido continuar. [Este párrafo ha sido reeditado el 01/07/2018. Las correcciones anteriores me las ha proporcionado amablemente, en uno de los comentarios a esta crónica, un lector de Cacabelos, Carlos de Francisco. No hice ninguna foto del santuario de la Virgen de la Quinta Angustia, aunque sí de la iglesia de Sta. María, que he añadido aquí abajo, foto 8.]

Sigo por el arcén hasta un desvío que continúa hasta Pieros. Vuelvo a tener dudas sobre la ruta, pero llega un peregrino lituano que consulta el mapa y cogemos el desvío recorriendo varios pueblos. Hubiéramos llegado antes por la carretera, pero así son las cosas. Al final llego a Villafranca del Bierzo habiendo hecho sin duda más de los 50,2 km teóricos (el GPS no me cargó la noche anterior, también se quedó dormido). (Foto 9: paisaje del Bierzo; foto 10: Villafranca del Bierzo).

Reflexión: La actitud ante los acontecimientos adversos es determinante, un mismo suceso puede desanimarnos o por el contrario reafirmarnos en nuestro propósito. Si uno tiene claro por qué hace las cosas, cuál es el objetivo, es mucho más fácil superar los contratiempos.

El truco del veterano: Es importante en una salida colocarse bien; eso no significa ponerse el primer@, sino saber en qué grupo debes salir en carrera: si eres más lent@, entorpeces a l@s demás participantes; y si vas más deprisa, habrás de frenar, esquivar... y esos cambios de ritmo puedes pagarlos más adelante. Por otra parte, mantenerte en carrera en un grupo con el que puedes competir te ahorra esfuerzo para poder hacer un cambio al final, pero cuidado, porque si vas forzado también puedes pagarlo y perder posiciones al final de la carrera.